Conferencia:
La
interculturalidad y la cultura de la paz,
el caso de
las Redes Sociales.
Impartida por
los profesores: Ana M. Ollé y Roque Santos de la PUCMM (Departamento de Teología y Humanidades)
5 octubre, 2011,
5 pm.
Salón de actos
de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra. Campus Santo Domingo.
Dirigida a
estudiantes de diversas carreras.
Resumen:
Se abordó
qué es la falsa paz que vive nuestro mundo, también el tema de la
interculturalidad y la cultura de paz.
Hoy en día
las diferentes sociedades alrededor del mundo se ven afectadas por muchas
situaciones de conflictos. Es fundamental ser conscientes en el qué y cómo
educarnos.
La cultura
de paz requiere de una paz interna-personal y una paz social, ambas están muy
relacionadas. Así mismo tiene una dimensión medio-ambiental. Nuestra sociedad
requiere de nuevas dinámicas para colaborar en la construcción de la paz, es un trabajo difícil pero no imposible. La
paz es un gran valor y deberíamos enmarcarlo en el querer trabajarla pero para
ello nos hace falta un aprendizaje, una educación en Derechos, valores,
respeto, dignidad, cooperación, articulación, interculturalidad, diversidad y
apertura, identidades no exclusivas.
Se
definió la interculturalidad como una interacción entre culturas
de una forma respetuosa, y en donde ningún grupo cultural esté por encima del
otro, favoreciendo en todo momento la integración y la convivencia entre ellos.
En las relaciones
interculturales debe establecerse una relación basada en el respeto a la
diversidad y el enriquecimiento mutuo. Sin embargo, no es un proceso exento de
conflictos, pero pueden superarse a partir del respeto y la aceptación del
otro, del diálogo, la escucha mutua, la concertación y la sinergia. La
interculturalidad está sujeta a variables como: identidad, concepto de cultura,
valores como lengua, religión, convicciones e ideas, jerarquías sociales y
familiares, los sistemas económicos imperantes,
entre otros.
En la charla se habló de la
conservación de la paz que sería algo estático, mantener lo que hay sin ninguna
modificación o alteración, y de la construcción de la misma que conlleva transformar, crear, cuidar, organizar,
trabajar, resolver… La
construcción está envuelta de iniciativas, tiene como objetivo resolver
conflictos, obtener nuevos aprendizajes, pensar, analizar y conocer cómo elevar
el nivel de justicia, legalidad y disminuir la marginación.
A veces, decimos que estamos
dispuestos a colaborar con el desarrollo de una cultura de paz, pero no estamos
tan dispuestos a sacrificar lo que tenemos, ni cambiar nuestro estilo de vida.
Es interesante, a manera de auto reflexión, preguntarse: ¿Hasta donde yo
estoy dispuesto a dar, trabajar para aportar
mayores cuotas de paz a mí alrededor?
La
personalidad empieza desde que somos dependientes de quien nos cuida, y se va
desarrollando en el medio en el que vamos creciendo. Nuestra identidad, es la
fuente de sentido y de experiencia. La identidad personal se va construyendo en
el marco comunitario, mientras que la identidad colectiva es peligrosa porque
puede ser excluyente. La identidad exige respuesta a las
preguntas quién soy, qué soy, de dónde vengo, hacia dónde voy; pero el concepto de identidad
apunta también a qué quiero ser y a mis metas personales.
La diversidad de las culturas nos enriquece,
no hay diferencias en lo profundo, sólo en lo externo. Se expuso la evidencia de que todos los seres humanos somos hermanos por
el hecho de existir en el mundo. Somos contemporáneos porque somos, existimos pudiendo
no haber existido. A partir de este fundamento es que podemos reconocer con más
facilidad la igualdad, la dignidad y derechos de todos, por el mero hecho de
existir. Todos crecemos, comemos, nos gustan las caricias, gozar...; nos
morimos. Todos tenemos unas mismas metas -diríamos que común-: el deseo de la
felicidad, de amar, vivir en plenitud. Todo
ello nos anima a valorar la existencia, la nuestra y la de los demás; a
entender otras formas de ver y apreciar el mundo.
Para ser
parte de lo que es la construcción de la paz debemos estar conscientes que es
un trabajo de toma conciencia y desaprender, es decir, dejar a un lado las
enseñanzas que aprendimos de pequeños, olvidarnos de lo que se nos dijo sobre cómo
deben ser las cosas, y tratar de aprender nueva manera de ver el mundo, las
personas beneficiando el desarrollo, la convivencia
cordial y el derecho a vivir en paz.
Para poder
tener buenas relaciones entre personas de diversas culturas hay que aprender a convivir y tener una conflictividad.
Podríamos plantearnos: ¿más allá de las diferencias, que tenemos en común? La
pluralidad es un hecho, convivir en paz es un deber. Debemos ser personas que
entre los valores cultivemos la tolerancia, la buena comunicación, la
comprensión y la cooperación.
Las redes
sociales fue el otro tema de la charla. Ellas favorecen vínculos entre las
personas. Las relaciones son más importantes que las características de estas
redes. Las redes sociales tienen como objetivo principal el entretenimiento, el
estar “conectados”, pero a la vez nos ayudan
a la expansión, a la comunicación, a una relación fluida, al
acercamiento a otras culturas, a mantenernos al tanto de lo que pasa en el
mundo, a sentirnos todos más ‘conexos’, más hermanos por el hecho de compartir
el mundo y la existencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario